La perfecta fusión de teatro, parafernalia mortuoria y vocal de tenor -que Hawkins balbucea en un idioma que el mismo Artaud (precursor de la glosolalia como recurso literario) envidiaría- hacen de Hawkins la oveja negra y descarriada del rock que sus contemporáneos cantaban a diestra y siniestra en fruslerías aderezadas de rebeldía y vaselina en esas décadas de twist y vanidad. Sin embargo Hawkins no se conforma con ello y arremete con una insuperable romanza tan disparatada como insufrible aunque de amor gritón y acondicionador, una histeria verbal llamada "I put a spell on you", el parteaguas de un rockero frenesí. Una atmosfera macabra inunda los teatros de Ohio-Paris, mientras un soneto de perfecta glosolalia afina el repertorio de monerías que Jalacy -mejor conocido como Screamin’ Jay Hawkins- da al espectador a través de un hechizo vudú... de una dosis de humor bizarro -quizás la elegante influencia que enalteció comedias de horror kitsch en los 70’s-, la mano insólita adornando el piano... bajando la escalera; el báculo que reboza en la mano del pianista en forma de calavera danzarina y parlante. Prestad especial atención a “Hong Kong”, “There’s something wrong with you”, “Temptation” y “Frenzy”.
1 comment:
mh...
Post a Comment