Melodías enfermizas, santidades mancilladas, blasfemias, infamias, palabrotas, ajos, barbaridades, disparates, sacrilegios, insultos donde los protagonistas son adictos, prostitutas, secuaces, esbirros, lacayos, sicarios, sayones, verdugos, y todo aquel indeseable para tus buenas costumbres. Por eso
Tiger Lillies ha sido una banda controversial y coheren
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te con su razón de ser.
Martyn Jacques habitó en la planta alta de un burdel en
Soho durante siete años en los que educó su voz con los característicos falsetes que le distinguen. Además de cantar y tocar el acordeón, Martyn también da vida a la guitarra, el piano, la mandolina y mucho más, ha dirigido la opera basura de “
Shockheaded Peter” de la cual anteriormente ya he hablado.
Adrian Huge ha sido el hazmerreír de la banda, percusionista que en alguna ocasión estrenara un
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rostro de cerdo como máscara empleando criaturas de juguete como baquetas en una batería para infantes.
Adrian Stout es la tercera lila tigre, con una formación en el jazz, blues y country, así como una amplia participación en otras bandas destacando la más reconocida en la grabación de dos álbumes de
Dana Gillespie. Su prudente temperamento pronto se ve saboteado por el macarra que lleva adentro, haciendo el amor a una oveja inflable y vistiendo de barata meretriz. Cabe mencionar que
Adrian ha colaborado con el mismísimo
Stuart A. Staples y
Sexton Ming.
Es difícil clasificar una música que puede ser sacrílega, burlesca y jocosa, sin embargo, muchos le llaman
dark cabaret. No se hable más y disfruten a
Tiger Lillies. Antes quedense con una liga interesante y un video que a continuación les dejo: