09 May 2007

¿Podrá ser retórico el silencio?

Hablando del tema. En enero pasado me despojé de mi pasaporte y olvidé por unos días el significado de ser mexicano, clandestino e ilegal en una ciudad llena de mexicanos, clandestinos e "ilegales". Ni siquiera me pasó por la mente la palabra legalidad, eso resume en parte lo que pretendo contar en esta ocasión.

Mientras estuve en ese lugar nunca pude deshacerme de ciertos barroquismos que siendo dignos de un buen amigo del Rey Salomón hacían reír a chilenos, colombianos, nicaragüenses, brasileños, y algún gringo renegado; todos buenos amigos que compartían la casa, casa de nadie, el lugar más aledaño a la metrópoli, fundado encima de un contenedor de desechos tóxicos; donde, a pesar de todo, la gente vivía feliz ante el vasto mar y la apacibilidad de una completa isla.

El recibimiento de los Nicaragüenses fue el más peculiar, frente a mis narices uno de ellos le preguntaba al compañero de al lado: -¿Y este hijoeputa de donde salió?- mientras me miraba con una sonrisa un tanto cínica y temeraria. La exacerbación de la mirada es ya un pecado en mi y más aun contar detalles tan baladís. Sin embargo continúo.

En un momento deliberaba el rumbo de la noche, ¿dormiría en la calle, o quizás en un hostal de 25 dólares? Aparece un personaje en cuyo haber, parafernalia, cachivaches y una mochila olorosa a hierba figuraban, tenía un gusto por los tentempiés, banderillas de tomate cherry, queso, pan y vino, así de fácil. Todos provenían de lugares remotos, sin dejar de trabajar.

Al paso de los días uno a uno se fueron marchando a destinos insospechados, ciudadanos del mundo con el precedente de buscar justicia social en donde sea, pero siempre como "la tamalera", vendiendo y comiendo de la olla. De ellos solo el recuerdo, “de su andar solo el murmullo” dirían en Uruguay.

Bandeja paisa, de Colombia; chimichurri para un churrasco Nicaragüense; porotos negros cocidos de Brasil y con riendas, de Chile, además de una curiosa hamburguesa de soya de marca Amy’s.

1 comment:

Unknown said...

qué buen texto... chido mono